Al
iniciar el siglo XX, los gobiernos estadounidenses deciden seleccionar el tipo
de ciudadanos que quieren para esta pujante nación que apunta a ser una de las
grandes potencias. Optan por seleccionar a quienes admitir o a quienes excluir
en su intento por ingresar a esta nación. Los diferentes gobiernos enfrentan la
inmigración legal e ilegal proveniente de otras naciones, ya sean
latinoamericanas, europeas, africanas o asiáticas.
El
fenómeno migratorio, resulta ser un proceso demográfico complejo pues implica
un crecimiento de la población, con la creciente demanda de servicios así como
un choque cultural con impacto económico, político y social. Representa
problemas y beneficios económicos, ocupación de espacios en los puestos de
trabajo, delincuencia ante la falta de oportunidades. Representa un botín
electoral sobre todo para el Partido Demócrata, pues al ser más flexibles en
las leyes. La mayoría de los inmigrantes se identifican con este partido y es
claramente beneficiado a la hora de elegir a sus representantes.
No
debemos pasar por alto que desde su creación como nación Estados Unidos, ha
sido un país de inmigrantes, es de hecho la nación que históricamente ha
recibido el mayor número de migrantes en el mundo.[1]
Sin embargo la mayor oleada migratoria se da a partir de la década de 1970.[2]
Históricamente
también se destaca que los mexicanos constituyen el grupo inmigrante más
numeroso de los Estados Unidos, representan casi un tercio de la población de
origen extranjero, esto se da gracias a la política inmigratoria cambiante
desde 1882, hasta el año 2005. Donde gran cantidad de mexicanos han sido
admitidos como trabajadores temporales en un inicio y posteriormente gracias a
la transformación legislativa que instauran patrones de migración permanente.[3]
Por
su impacto migratorio, los gobiernos estadounidenses han implementado y
aprobado diferentes leyes, esto es determinante para dividir la historia
inmigrante en seis periodos.
El
primer periodo comienza con la promulgación de la Ley de Exclusión de chinos en
1882, que da lugar al inicio de la migración laboral mexicana. Entre 1885 y
1924, 200,000 japoneses fueron aceptados en Hawaii y 180,000 en los Estados
Unidos. En tanto que la migración mexicana se incrementó en la segunda década a
consecuencia de la Revolución Mexicana y de una creciente demanda de mano de
obra para la construcción y mantenimiento de las vías de ferrocarril, de las
minas y de las fundidoras. Se estima que más de medio millón de mexicanos
entraron a los Estados Unidos entre 1900 y 1910; y 890,371 en la segunda década
de manera ilegal, o con permiso de trabajo temporal y otros con el estatus de
refugiados.[4]
La
segunda fase data de inicios de los años 20’s hasta 1942, donde hay una
restricción de la inmigración basada en origen étnico y las deportaciones
masivas de mexicanos en la década de los 30’s. Se destaca por la creación de la
Patrulla Fronteriza (Border Patrol) en 1924, que controlaría los cruces legales
desde el sur de Asia y de Europa del Este a través de la frontera con México.
Gracias a la depresión económica de 1929, las deportaciones ascendieron a más
de 400,000 personas de mexicanos y a ciudadanos estadounidenses de ascendencia
mexicana.[5]
El tercer periodo corresponde al llamado Programa Braceros implementado entre 1942 y 1964 cuando los gobiernos mexicanos y o estadounidense firman acuerdos que permitían la mano de obra temporal de mexicanos. Que se viene a dar en el marco de la Segunda Guerra Mundial, se realiza una contratación de 4.6 millones de mexicanos para la agricultura y casi setenta mil para la construcción y mantenimiento de las vías férreas. Esto a consecuencia de la escasez de mano de obra causada por la guerra. [6]
El
cuarto periodo inicia en 1965 y concluye en 1986 con la aprobación del IRCA
(por sus siglas en Ingles: Immigration Reform and Control Act.) Un período
similar al del Programa Braceros implementado en el periodo anterior donde se
les permite a los migrantes ingresar de manera temporal por seis meses, sin
embargo es un periodo donde la migración ilegal se ve incrementada y por consiguiente
las deportaciones, pues en 1974 estas excedían el medio millón y en la década
de los ochenta las deportaciones ascendían a más de un millón.[7]
El
quinto período se da entre 1986 y 1994 donde es examinado el impacto del IRCA
en la migración mexicana. Donde no se ven cambios significativos en el patrón
migratorio, lo que si se observa es el incremento del cruce de ex braceros e
indocumentados mexicanos. Se registra una alta tasa de reunificación familiar
de los trabajadores agrícolas mexicanos. Se procesan un gran número de trámites
de residencias legales permanentes. La presencia masiva de personas
indocumentadas en los Estados Unidos se estima en 12 millones de personas, por
lo que el debate se da entre el gobierno, los grupos resticcionistas, los
defensores de migrantes, y quienes protegen los intereses de los empresarios
agrícolas; teniendo tres ejes fundamentales: 1) Amnistía a los trabajadores
indocumentados, 2) Sanciones contra los empleadores que contratan
indocumentados y 3) Aumento de la vigilancia fronteriza.[8]
Finalmente
el sexto periodo entre 1994 y el año 2005, cuando comienza la decisión del
gobierno estadounidense por aumentar la vigilancia en la frontera por razones
de seguridad y en donde se criminaliza a los migrantes ilegales. A pesar de
esto se registra un rápido crecimiento de la migración indocumentada, pues se
destaca que en 1970 se habían movilizado 760, 000 personas, en tanto que hacia
el año 2004 la movilización es de más de 11 millones de personas de origen
mexicano. Pues el incremento en la década de los 90’s fue de más de medio
millón de movilizaciones.[9]
Conclusión:
Las
políticas migratorias implementadas por los gobiernos estadounidenses a lo
largo del siglo XX, se dan como consecuencia de un flujo natural que
corresponde a una demanda de mano de obra por parte de la nación
norteamericana. Se establecen restricciones para quienes entran de manera legal
y a la vez se implementan medidas que criminalizan a quienes entren de manera
ilegal. Establece categorías inclusivas y exclusivas estructurales que generen
relaciones productivas y que permite seleccionar entre quienes sí y quienes no
se les permite acceder al país, permitiéndole gozar de una seguridad social y
del otorgamiento de los derechos civiles y políticos.
Material
fotográfico:
Referencias bibliográficas:
Alarcón, Rafael. "U.S. Immigration Policy and
the Mobility of Mexicans (1882-2005)." Migraciones Internacionales VI.1 (2011):
185-218.
Herrera Lima,
Fernando. «La migración a Estados Unidos: una visión del primer decenio del
siglo XXI.» VII (2012): 171-197. <http://search.ebscohost.com/login.aspxdirect=true&db=a9h&AN=87385828&lang=es&site=eds-live>.
[1] Herrera Lima,
Fernando. «La migración a Estados Unidos: una visión del primer decenio del
siglo XXI.» VII (2012): 171-197. (p. 172)
[2] (Ibid, p. 179)
[3] Traducción Libre: Alarcón, Rafael.
"U.S. Immigration Policy and the Mobility of Mexicans (1882-2005)." Obtenido de Migraciones
Internacionales VI.1 (2011): 185-218. (p. 186)
[4] (Ibid, p. 190-191)
[5] (Ibid, p. 193)
[6]
(Ibid, p. 195-199)
[7]
(Ibid, p. 199-201)
[8]
((Ibid, p. 202)
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